¿Por qué las vacaciones también generan estrés?

Vacaciones: desafíos y oportunidades — 407.jpg

Las vacaciones prometen descanso, pero también pueden sumar tensiones: cambios de rutina, expectativas altas y la demanda constante de “hacer algo”. Con anticipación y acuerdos básicos, el clima mejora.

La ruptura de rutinas y sus efectos

  • Alteraciones del sueño y de la alimentación.
  • Más irritabilidad o mayor demanda de atención.
  • Dificultad para autorregularse emocionalmente.

Las rutinas no desaparecen: se adaptan a la temporada (horarios más flexibles, pero previsibles).

El aumento del uso de pantallas

Es esperable que suba el tiempo de TV, celular o videojuegos. Son recursos válidos, pero el exceso puede traer sobreestimulación, trastornos de sueño y aislamiento social.

Definir tiempos, límites y contenidos evita fricciones diarias y cuida el vínculo.

El aburrimiento como oportunidad

Bien acompañado, el aburrimiento habilita juego libre, creatividad y exploración de intereses. No hace falta programar todo: dejar lugar a lo espontáneo también educa.

Convivencia familiar: tiempo de más, tensiones también

Más tiempo juntos puede fortalecer vínculos o encender conflictos. Reservar momentos individuales, abrir espacios de diálogo y nombrar emociones ayuda a regular la convivencia.

¿Cómo planificar sin sobrecargar?

  • Equilibrar propuestas organizadas con tiempos de juego libre.
  • Respetar momentos de descanso y desconexión.
  • No exigir productividad: las vacaciones no son otro deber.
  • Incluir a niños y adolescentes en la planificación (da pertenencia y reduce resistencia).

¿Cuándo consultar a un profesional?

Si aparecen cambios de humor intensos, retrocesos conductuales o conflictos reiterados, una mirada profesional puede orientar. A veces el descanso visibiliza lo que la rutina tapa.

Ante dudas sostenidas, consultar siempre es buena idea.

Dejar un comentario

Sé el primero en comentar este artículo.