¿Qué es realmente el aburrimiento?

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El aburrimiento es una emoción natural que surge cuando no hay una tarea clara que atrape el interés. En los niños, suele aparecer como una sensación incómoda, difícil de nombrar, que puede generar irritabilidad o inquietud.

¿Por qué los niños dicen “me aburro”?

  • Porque no saben qué hacer con su tiempo libre.
  • Como una forma de pedir atención o conexión.
  • Porque están acostumbrados a estímulos constantes (pantallas, actividades guiadas).
  • Porque no toleran bien la espera o el silencio.

No siempre significa que necesitan “algo para hacer”, a veces es una búsqueda emocional.

El mito del entretenimiento constante

Muchos adultos sienten culpa si el niño se aburre. Pero el desarrollo emocional y creativo también surge en los espacios vacíos. Llenar todos los minutos del día con propuestas puede inhibir la autonomía y la imaginación.

Aburrirse también es necesario

  • Permite crear desde el vacío y desarrollar imaginación.
  • Fomenta la autorregulación emocional y la tolerancia a la frustración.
  • Da lugar al juego libre y espontáneo.

El aburrimiento puede ser un punto de partida para descubrir intereses propios.

¿Cómo acompañar sin resolver todo?

  • Nombrar la emoción: “A veces no saber qué hacer es incómodo, y está bien”.
  • No ofrecer soluciones automáticas, sino invitar a pensar juntos.
  • Favorecer materiales abiertos: cajas, telas, lápices, bloques.
  • Dar tiempos sin pantallas para que emerjan ideas propias.

¿Cuándo prestar más atención?

Si el aburrimiento es constante, está acompañado de desgano, tristeza, falta de interés generalizado o aislamiento, puede ser síntoma de algo más profundo. En estos casos, es importante una escucha atenta y contención emocional.

Siempre es recomendable consultar a un profesional ante cualquier duda. El aburrimiento, bien acompañado, puede ser semilla de creatividad.

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