¿Qué es el bullying?
Es una forma de acoso sistemático entre pares, sostenida en el tiempo, que puede ser verbal, físico, psicológico o virtual. Genera daño emocional, baja autoestima y dificultad para vincularse.
Señales de alerta en niños y niñas
- Resistencia repentina a ir a la escuela.
- Cambios en el estado de ánimo o irritabilidad.
- Alteraciones del sueño o apetito.
- Lesiones físicas sin explicación clara.
- Aislamiento o frases como “no tengo amigos”.
Reacciones frecuentes de las familias
- Minimizar: “son cosas de chicos”.
- Culpabilizar: “¿qué habrás hecho vos?”.
- Sobreproteger sin empoderar.
Escuchar sin juzgar es el primer paso para poder ayudar.
Estrategias para acompañar desde el hogar
- Crear un espacio de diálogo sin presión.
- Validar emociones: miedo, tristeza o enojo.
- Reforzar habilidades sociales y autoestima.
- Enseñar a pedir ayuda a adultos de confianza.
- Evitar exponer al niño sin su consentimiento.
El rol de la escuela en la prevención y abordaje
Es fundamental trabajar en conjunto con docentes, equipos de orientación y directivos. La escuela debe ser un espacio seguro donde se promueva la empatía, la diversidad y el respeto.
¿Cuándo consultar a un profesional?
Cuando el acoso afecta la salud emocional, el rendimiento escolar o la vida social, es importante acudir a un/a psicopedagogo/a o profesional de la salud mental. La intervención oportuna previene consecuencias mayores.
Siempre es recomendable consultar a un profesional ante cualquier duda. El bullying no se soluciona solo: se aborda en equipo.