Principios clave

La crianza respetuosa se basa en ver al niño/a como un ser completo, digno de respeto desde el nacimiento. Implica escuchar activamente sus necesidades, establecer límites con amabilidad, evitar el castigo físico y promover una comunicación empática.
Este enfoque promueve el desarrollo emocional saludable, la autoestima y el vínculo de confianza entre adultos y niños.
Fomento de la autonomía
Permitir que el niño/a tome decisiones acordes a su edad, le brinda confianza y fortalece su criterio. Esto puede incluir desde elegir su ropa hasta resolver pequeños conflictos cotidianos con ayuda adulta.
Celebrar los logros diarios, sin exigir perfección, refuerza la autoestima y fomenta un desarrollo autónomo con seguridad emocional.
Entorno de confianza
Crear un entorno donde el niño/a se sienta valorado, escuchado y seguro es la base de la crianza respetuosa. Esto no implica ausencia de límites, sino establecerlos desde el afecto, la coherencia y el respeto mutuo.
El respeto no es permisividad, sino una forma de educar con firmeza amorosa y presencia atenta.