¿Qué es la función ejecutiva?

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Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas que permiten planificar, organizar, tomar decisiones, resolver problemas, controlar impulsos y mantener la atención. Actúan como un "director de orquesta" que coordina los procesos mentales para lograr un objetivo.

Principales componentes de la función ejecutiva

  • Memoria de trabajo: mantener información activa en la mente para usarla en el momento.
  • Control inhibitorio: resistir impulsos o distracciones.
  • Flexibilidad cognitiva: cambiar de estrategia o adaptarse a lo nuevo.
  • Planificación: prever pasos para alcanzar una meta.
  • Autorregulación emocional: gestionar las emociones en función del contexto.

¿Cómo afecta al rendimiento escolar?

Niños y niñas con dificultades en funciones ejecutivas pueden presentar:

  • Problemas para organizar su mochila o agenda.
  • Dificultades para comenzar y terminar tareas escolares.
  • Impulsividad en las respuestas.
  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Dificultad para seguir consignas en varios pasos.

Estas habilidades son fundamentales para el aprendizaje autónomo y la vida cotidiana.

Signos de alerta en el aula y en casa

  • Olvidos frecuentes y desorganización constante.
  • Dificultad para gestionar el tiempo y priorizar tareas.
  • Se distrae fácilmente o necesita constante supervisión.
  • Reacciones emocionales intensas ante errores o cambios de rutina.

Detectar estos signos de manera temprana permite actuar de forma oportuna.

Estrategias y juegos para estimularla

  • Juegos de mesa: como ajedrez, Jenga, Ludo, que requieren planificación y control de impulsos.
  • Armar listas y secuencias: qué necesito para una tarea, qué pasos seguir.
  • Juegos de cambio de reglas: por ejemplo, decir “verde” cuando ven el color rojo, para ejercitar la flexibilidad.
  • Diálogos reflexivos: "¿qué podrías hacer diferente la próxima vez?"

El rol de la intervención psicopedagógica

Un/a profesional psicopedagogo/a puede evaluar el perfil ejecutivo de un niño, proponer intervenciones específicas, y trabajar con la familia y la escuela para desarrollar estas funciones de forma progresiva.

Ante cualquier duda o dificultad sostenida, siempre es recomendable consultar a un profesional. Detectar, acompañar y estimular las funciones ejecutivas desde una mirada integral marca una gran diferencia en el proceso escolar y emocional de cada niño.

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